Chile comenzando el 2010
En enero segui viendo el tema de mis pagos y mis cosas de la oficina. en Febrero recibi una llamada para entrar a una nueva empresa. Lamentablemente todo quedo en nada, desde ese noche 27 de Febrero a las 3:34 de la madrugada cuando la tierra se remecio tan fuerte desde el sur de chile a la region metropolitana.
Chile, tres días después
Tres días después de que uno de los terremotos más grandes jamás registradas golpeó a Chile, en la medida en gran parte del daño es cada vez más clara, y el número de víctimas conocidas ha subido a 723 muertes hasta el momento, muchos miles siguen desaparecidos, y cerca de 2 millones de desplazados. Los gobiernos del mundo hicieron promesas de ayuda inmediata después de la presidenta chilena Michelle Bachelet pidió a los puentes móviles, hospitales de campaña, teléfonos satelitales, generadores eléctricos, equipos de evaluación de desastres, sistemas de purificación de agua, cocinas de campaña y restaurantes, los funcionarios de la ONU. Aquí recogidos son fotos recientes de las zonas en Chile dañada por el terremoto del sábado de magnitud 8,8 y el posterior tsunami.
El sábado 27 de febrero será una fecha imborrable para los chilenos. Gran parte del territorio nacional fue devastado por un violento terremoto, grado 8.8 en la escala de Richter. Seguidamente, algunas regiones costeras fueron arrasadas por un maremoto, cuando muchos se encontraban todavía veraneando en esas localidades aledañas al paradojal océano Pacífico. La situación se tornó dantesca en ciudades y pueblos por donde pasó esta ola de destrucción y muerte. Paralelamente, cayeron las redes de comunicación, la electricidad, el suministro de agua potable, los servicios de emergencias. El país quedó incomunicado, se derrumbaron puentes, se cortaron carreteras. La modernidad se vino abajo, mostrando sus grandes debilidades, como sus instalaciones de cartón piedra, muchas levantadas sobre la base del compadrazgo con la autoridad y esa ansia de enriquecimiento que todo lo pervierte.
El caos físico, originó posteriormente un caos social impensable, de graves consecuencias para la convivencia, dejando al descubierto las grietas en materia de derechos y obligaciones de los ciudadanos. Hordas de antisociales salieron a las calles a terminar de arrasar las ciudades devastadas, amparados tal vez por la falta del principio de autoridad existente en el país. Un contrasentido, por cierto, que enluta doblemente a la nación. Habrá que luchar y trabajar mucho para reponer las pérdidas materiales de la catástrofe, pero más trabajo costará todavía reponer los principios básicos de disciplina y moral al interior de nuestra sociedad.
¿Es posible que en medio del caos surjan grupos vandálicos indolentes al dolor y desamparo de sus semejantes? ¿Es posible que en medio de la destrucción aparezca la rata humana con intenciones de sacar provecho para sí? Es posible, en cualquier sociedad es perfectamente posible. Esto que ha ocurrido en Chile, sucede en cualquier parte del mundo cuando no existe seguridad social, principio del orden y respeto a nuestros semejantes. La rata humana libre hace su obra en medio de la destrucción, cuando nadie puede interponerse en su camino para detener su avance, como fue el caso de Concepción, Talca, Constitución. Una vergüenza para un pueblo que suele vanagloriarse de su Estado de Derecho. La barbarie ha triunfado en las calles en los momentos más dolorosos, causando un dolor moral de profundas consecuencias. Pero también ha ocurrido otras veces en medio del desastre, bastaría leer las crónicas de Joaquín Edwards Bello referidas al terremoto de 1906 para tomar conocimiento de estas fuerzas irracionales que surgen en medio de las tinieblas.
Qué hacer ahora, es la pregunta que debe cruzar las mentes de los gobernantes. Cómo enfrentar este grave problema social. Cómo imponer el orden en un país sin que se hable de represión, sin que se acuse a quienes gobiernan de reprimir a las masas mediante el uso de la fuerza pública. El concepto está muy manoseado, por cierto. Se ha abusado de él durante décadas, y ya no resiste un día más. Confunde los principios, dejando estos vacíos de autoridad con las consecuencias que hemos visto. Alguien tendrá que ponerle el cascabel al gato. Y esa será otra larga travesía por el escarpado sendero de los acuerdos ideológicos.
Chile necesita levantarse, volver a ponerse de pie, como tantas veces lo ha hecho a lo largo de su istoria. Afortunadamente, para ese proyecto, para eso sueño, todos los chilenos estamos dispuestos.


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