18 de Septiembre! ! !
(Ramón Freire asume la Presidencia de la República.)A O'Higgins no le gustaba el 18 de septiembre como fecha para el "día nacional". Prefería el 12 de febrero, Batalla de Chacabuco, o el 5 de abril, Batalla de Maipú. Para firmar y luego proclamar el Acta de la Independencia, en 1818, el Director Supremo la firmó los primeros días de febrero en Concepción y la dio a conocer el día 12, en Talca, demostrando de esta manera su clara distinción a esa fecha.Tras la abdicación del general, fue nombrado en su cargo, aunque interino, don Ramón Freire, ex amigo de O'Higgins. El director Freire trató de impulsar la celebración del "18", sabiendo que a don Bernardo no le gustaba. El pueblo tampoco se sentía motivado por ese día, de la Primera Junta de Gobierno, pues ya estaba acostumbrado a las sendas celebraciones de febrero y abril.Cuando don Diego Portales integró el gabinete del Presidente Ovalle, dispuso que los presidentes de la república asumieran para el 18 de septiembre, de esa fecha en adelante. De este modo enfatizaba el culto al "18". Así ocurrió no solamente durante el decenio, sino que hasta Balmaceda. Prieto, Bulnes, Montt y Pérez, entre 1830-1870. Terminado este brillante período de la historia de Chile, continuó la tradición. Errázuriz Zañartu, Aníbal Pinto, Domingo Santa María y José Manuel Balmaceda, como está dicho, asumieron sus altos cargos para "Fiestas Patrias".Esta iniciativa del ministro Portales, siempre buscando la unidad nacional, el amor a nuestras costumbres, a nuestras expresiones propias, duró casi 50 años, después de su muerte. Por eso Balmaceda esperó hasta el día 19 de septiembre para quitarse la vida: 24 horas después de haber cumplido su período constitucional. Desgraciadamente se perdió la tradición, porque el nuevo Presidente, el almirante Jorge Montt, asumió el mando en otra fecha, forzado por las circunstancias del fin de la Guerra Civil. Mas, prontamente, se volvió a la tradición portaliana, cuando se eligió al sucesor del Presidente Montt, don Federico Errázuriz Echaurren. Desgraciadamente este Mandatario murió aún en el ejercicio del poder, y para cumplir los plazos legales de elecciones, escrutinios y toma del cargo del nuevo Presidente, se discontinuó el sistema, que ya era una tradición.A través de casi dos siglos, a tres años del segundo Centenario de la Independencia, muchos usos y costumbres se han mantenido en nuestra alma nacional, en la actitud y comportamiento ciudadano en cada celebración del "18". El ambiente que se vive en la ciudad o en el campo, la moda de nuestras mujeres de estrenar zapatos blancos, aunque llueva a chuzos, el rumor de las bandas militares, el tintinear de espuelas, el cielo florecido en volantines, la Canción Nacional tocada en alguna radio -antes era en todas-, el aroma de las empanadas de horno, la chicha, el tinto y el chacolí, y la cueca, y las campanas al vuelo; todo esto y mucho más ha creado en nuestro lenguaje un hermoso verbo: "endiciocharse"; es decir, alegrarse en comunidad. Esta es una digna forma de dar gracias a Dios, porque tenemos patria, porque estamos "con vida y salud", como se dice en el campo. Pero para que reine la alegría, no puede haber odios ni rencores.Algunos chilenos huyen de Chile los días del "18", pero a donde vayan, hasta el más apartado lugar del mundo, siempre se van a encontrar con una pequeña colonia chilena, que celebra las Fiestas de la Patria. Con ese espíritu, y en manos limpias, qué hermosa luce nuestra bandera. Entonces se comprende por qué lleva una estrella blanca, y por qué entre sus pliegues cobija a todos los nacidos en esta tierra. Los que arrancan del "18" siempre se encontrarán con él, donde quiera que esté un chileno.Desde antiguo, con motivo de las Fiestas Patrias, se acostumbra inaugurar obras y adelantos significativos para el país. En 1857 se mostraron las dos primeras locomotoras llegadas a Chile, y en estas mismas celebraciones se inauguró el primer Teatro Municipal. En 1874 se abrió al público el paseo del Cerro Santa Lucía. En 1880, para el "18" -en plena Guerra del Pacífico-, debuta oficialmente el Museo de Bellas Artes, en su primera ubicación, en los altos del Congreso Nacional. Treinta años después, el 18 de septiembre de 1910, año del Centenario, se inaugura el hermoso Palacio del Museo Nacional de Bellas Artes, en su actual ubicación y arquitectura. Fue su primer director el coronel don Marcos Maturana.
Germán Becker Ureta


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